Mi viejito hermoso, dulce y regalón
Nunca pensé que llegaría el momento de tu partida. Cómo
poder expresar en unas líneas el agradecimiento eterno a Dios por haber llegado
así a nuestras vidas, tan pequeñito y frágil, tan débil.
Un alma tan pura y tan valiente desde cachorrito. Hoy ya no
estas físicamente con nosotros; con tus cuatro patitas te elevaste el
Paraíso, acompañado de los ángeles y coros celestiales que vinieron por ti.
Mi guatón, extraño tanto nuestros paseos, a paso lento y
calmado; tus ladridos, tus ronquidos, tu olorcito… ya nada es lo
mismo sin ti. Guardián fiel e incondicional; siempre protector de su manada.
Ahora corres libre junto a Margarita y Sofía.
120 largos años de vida para ti, y tan solo 16 cortos años
para tu familia humana. Me queda el consuelo de encontrarte en mis sueños, para
regalonearte y decirte una vez más cuánto te amo!!
Aprendí muchas cosas de tí, el valor de la fidelidad, el amor
incondicional y hasta tu habilidad para caminar en reversa - obediente y manso
- pienso en todo eso y me da mucha alegría y tristeza a la vez. Son
sentimientos encontrados, que espero poder sobrellevar con el tiempo.
Llenaste nuestra vida de luz y pusiste nuestro amor en
movimiento, para hacernos mejores personas. Tomaste la delantera en este viaje
hacia la luz, pero tengo la confianza absoluta que nos volveremos a reunir;
toda la manada, para volver a estar juntos para siempre.
Puedes descansar en paz en la morada del Altísimo que te
recibió con los brazos abiertos; ya no tienes que cuidar de nosotros. Te amo
tanto!!!
No es un Adiós, solo un hasta Pronto!!!
Recibe todo el inmenso amor de tu mamá…